Retratos

Es en sus retratos donde Arlot muestra más que nunca su lenguaje propio, que se mueve entre la figuración y la abstracción. Para ello, propone soluciones plásticas que crean una ilusión de realidad hasta convertir cada rostro en un paisaje único.

La artista rompe la imagen y gestiona su huella para reconsiderarla, haciendo que el color sea protagonista; retira y añade materia con el fin de revelar la identidad retratada en un movimiento sutil de acercamiento y alejamiento de la realidad.

A través de sus pinceladas, Arlot logra evocar a esa persona −presente o ausente− logrando que se asome y permanezca en nuestro espacio físico.