Madrid, 1964
Cuca Arlot
Apasionada del arte en todas sus manifestaciones −y muy particularmente del mundo del Flamenco−, la formación universitaria de Arlot estuvo, sin embargo, ligada al Derecho y la empresa, campos en los que trabajó durante años. Consciente de su vocación, finalmente, no pudo abandonar una pasión que desde niña reclamaba un mayor espacio en su vida, sin duda influida por la afición que Carlos, su padre, le inculcó.
Llega un momento en la vida de la pintora en que reconoce haber sentido una necesidad de «impedir que el tiempo se escapara sin plasmar en el lienzo un universo cromático que reivindicaba su lugar».
Madrid, 1964
Cuca Arlot
Apasionada del arte en todas sus manifestaciones −y muy particularmente del mundo del Flamenco−, la formación universitaria de Arlot estuvo, sin embargo, ligada al Derecho y la empresa, campos en los que trabajó durante años. Consciente de su vocación, finalmente, no pudo abandonar una pasión que desde niña reclamaba un mayor espacio en su vida, sin duda influida por la afición que Carlos, su padre, le inculcó.
Llega un momento en la vida de la pintora en que reconoce haber sentido una necesidad de «impedir que el tiempo se escapara sin plasmar en el lienzo un universo cromático que reivindicaba su lugar».
Madrid, 1964
Cuca Arlot
Apasionada del arte en todas sus manifestaciones −y muy particularmente del mundo del Flamenco−, la formación universitaria de Arlot estuvo, sin embargo, ligada al Derecho y la empresa, campos en los que trabajó durante años. Consciente de su vocación, finalmente, no pudo abandonar una pasión que desde niña reclamaba un mayor espacio en su vida, sin duda influida por la afición que Carlos, su padre, le inculcó.
Llega un momento en la vida de la pintora en que reconoce haber sentido una necesidad de «impedir que el tiempo se escapara sin plasmar en el lienzo un universo cromático que reivindicaba su lugar».
Consciente de que su experiencia plástica debía vertebrarse día a día con una sólida formación de Estudio y Taller, Arlot recorrió un arduo camino de búsqueda. Fueron varios años pintando y aprendiendo en diferentes academias hasta llegar al pintor Miguel Coronado, quien influyó de forma decisiva en su desarrollo artístico: “Coronado sabe mostrar las infinitas posibilidades del lenguaje plástico partiendo de la educación de la mirada, traduciendo la realidad a pintura y evocando aquélla desde un análisis reflexivo, siempre con el color como protagonista”.
Además, varias estancias en África contribuyeron a completar y definir su pasión artística.
Consciente de que su experiencia plástica debía vertebrarse día a día con una sólida formación de Estudio y Taller, Arlot recorrió un arduo camino de búsqueda. Fueron varios años pintando y aprendiendo en diferentes academias hasta llegar al pintor Miguel Coronado, quien influyó de forma decisiva en su desarrollo artístico: “Coronado sabe mostrar las infinitas posibilidades del lenguaje plástico partiendo de la educación de la mirada, traduciendo la realidad a pintura y evocando aquélla desde un análisis reflexivo, siempre con el color como protagonista”.
Además, varias estancias en África contribuyeron a completar y definir su pasión artística.
El trabajo de Cuca Arlot introduce al espectador en su íntimo universo estético y cromático que, en ocasiones, potencia con otros materiales que van más allá de la pintura. Con su particular utilización del color −hilo conductor de la obra de la artista−, consigue crear imágenes de gran atractivo visual. Arlot muestra su fuerza pictórica volcando en su obra una paleta con una apuesta cromática muy singular.
Su debate entre figuración y abstracción, que muestra desde el principio de su carrera, solo se entiende desde esta pasión por el color. Arlot se inclina a dejarse llevar por lo que la realidad le ofrece y lo que su ánimo esté dispuesto a acometer en el momento de enfrentarse a un lienzo expectante. Esa oscilación entre ambos registros hace visible un anhelo de búsqueda incesante que va cristalizando obra tras obra, reflejando un mundo muy personal.
Las creaciones de Arlot nos llevan desde la sencillez de una fruta hasta una visión única del rostro como mapa de identidad. Su uso del color no solo da vida a sus obras, sino que también muestra un anhelo constante de liberarse y explorar espacios inesperados.
La obra de Arlot, en suma, invita al espectador a adentrarse en su personal y apasionante viaje hacia el color, con etapas claramente diferenciadas, que auguran un destino final de recogimiento y armonía.
El trabajo de Cuca Arlot introduce al espectador en su íntimo universo estético y cromático que, en ocasiones, potencia con otros materiales que van más allá de la pintura. Con su particular utilización del color −hilo conductor de la obra de la artista−, consigue crear imágenes de gran atractivo visual. Arlot muestra su fuerza pictórica volcando en su obra una paleta con una apuesta cromática muy singular.
Su debate entre figuración y abstracción, que muestra desde el principio de su carrera, solo se entiende desde esta pasión por el color. Arlot se inclina a dejarse llevar por lo que la realidad le ofrece y lo que su ánimo esté dispuesto a acometer en el momento de enfrentarse a un lienzo expectante. Esa oscilación entre ambos registros hace visible un anhelo de búsqueda incesante que va cristalizando obra tras obra, reflejando un mundo muy personal.
Las creaciones de Arlot nos llevan desde la sencillez de una fruta hasta una visión única del rostro como mapa de identidad. Su uso del color no solo da vida a sus obras, sino que también muestra un anhelo constante de liberarse y explorar espacios inesperados.
La obra de Arlot, en suma, invita al espectador a adentrarse en su personal y apasionante viaje hacia el color, con etapas claramente diferenciadas, que auguran un destino final de recogimiento y armonía.